La dialéctica: respuesta a una infamia

En este artículo de opinión, el autor Víctor Verás recurre al concepto clásico de la dialéctica como herramienta para defender la verdad frente a una campaña de difamación contra un líder político dominicano. Con un tono firme pero mesurado, el texto denuncia lo que califica como una infamia intencional, orquestada con fines de descrédito. A lo largo de la publicación, se articula una defensa basada en principios legales, éticos y morales, resaltando la importancia de responder con hechos, coherencia y respeto al Estado de derecho. Lejos de caer en la confrontación emocional, la pieza propone una reflexión sobre el uso responsable del discurso público y el valor de la dignidad personal en la vida política nacional.

GOBERNANZA

Víctor Verás

7/12/20252 min read

La dialéctica: respuesta a una infamia
Por: Víctor Verás

La dialéctica es la forma contradictoria de buscar la verdad mediante el diálogo entre ideas opuestas.
Se basa en que toda realidad, idea o situación tiene contrastes y contradicciones que se enfrentan entre sí.
De allí nace una comprensión más concreta y profunda del resultado obtenido entre las partes en pugna.

La dialéctica sirve para resolver las contradicciones a partir del análisis de los resultados y del enfrentamiento de puntos de vista opuestos. Haciendo uso de la dialéctica, superamos las mentiras o la manipulación de la verdad; dejando claro dónde y quién tiene la razón, y aclarando el conflicto expresado entre las ideas enfrentadas.

Si una persona o institución miente con la intención deliberada de hacerle daño a un ser humano probado en los más altos escenarios del Estado y la sociedad, tratando de socavar la ética, la dignidad y la moral de un hombre que ha dado ejemplo de civismo — que irradia decencia, inteligencia, actitudes y una sólida formación profesional — , contagiando en cada espacio de su hoja de vida la pulcritud y la dignidad que acompañan a Milton Morrison desde sus orígenes de formación cristiana y su pertenencia a una familia intelectual forjada en el conocimiento ético y moral, evidentemente estamos ante un acto grave que va más allá de una simple falsedad.

A todas luces, eso se llama calumnia y forma parte de lo que en ética y filosofía política se conoce como una infamia indecorosa e intencional.

No responderemos con insultos ni con perversidad. Vamos a actuar como las personas decentes se conducen: dirigiendo una acción de contradicción fundada en la verdad que sustenta el imperio de la ley. Desenmascaremos la cruda mentira y no permitiremos daño intencionado a nuestro exitoso líder, fundador del Partido País Posible.

Los tribunales nacionales, haciendo uso de los preceptos legales que les impone el Estado de derecho —que protege a todos los ciudadanos de la República —, desmontarán una por una las mentiras que carecen de pruebas y que responden a una intención de destruir su reputación. La verdad se sostiene con hechos, no con palabras ni denuncias malintencionadas. La conducta de nuestro líder, sus actos y su coherencia ética y moral son la verdadera respuesta frente a la calumnia.

La verdad no solo desmiente la falsedad, también expone la intención destructiva detrás de ella. La dignidad se defiende no con gritos, sino con la fuerza de los hechos, como será demostrado en los tribunales. La claridad del pensamiento y la coherencia mantenida en el accionar de la vida pública y privada, actuando como ente ejemplar que aporta positivamente al desarrollo de la nación y del país que lo vio nacer, son el mejor argumento frente al ataque.

Han querido ensuciar con calumnias lo que nació con la dignidad del trabajo limpio y la esperanza de un pueblo que cree en un País Posible. Mienten con la intención de detener el avance de una fuerza política pujante, porque no soportan el éxito que nace del trabajo digno y decoroso. Somos una idea que camina tras la búsqueda del bien común y la justicia social en un País Posible.

No hay calumnia que detenga una causa justa, ni pueblo que se aparte de una idea esperanzadora para mejorar su estado actual y emprender con firmeza el camino hacia la perfectibilidad de la sociedad dominicana.